martes, 26 de abril de 2016

Entendiendo la presciencia de Dios

Puede utilizar los comentarios al final para cualquier observación relacionada con este artículo. Para mensajes privados escribir a esta dirección: usymbv@gmail.com


Uno de los atributos exclusivos que conforman la singularidad de Dios es Su capacidad de predestinar o preconocer cualquier información del futuro; algo que Dios mismo declara cuando dice: “yo soy Dios, y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho” (Isaías 46:9-10) Y así encontramos en la Biblia numerosos ejemplos de la presciencia de Dios; donde, los más conocidos son las profecías, sucesos anunciados por Dios mucho tiempo antes de que se realizaran.

Por otra parte, también tenemos evidencia bíblica de que Dios NO ha preconocido TODO de antemano; especialmente en lo relacionado con la libre voluntad de sus criaturas inteligentes. Prueba de ello, son los abundantes mensajes dirigidos a personas y colectivos para exhortarles a tomar la mejor decisión; como por ejemplo: “os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio 30:19); mensajes que contienen un evidente reconocimiento implícito de la libertad de decisión de cada persona, algo totalmente incompatible si Dios ya preconociera desde el principio la decisión de todas las personas (Ver: LOS DIEZ ARGUMENTOS BÍBLICOS PRESENTADOS PARA NEGAR LA PREDESTINACIÓN ABSOLUTA DE DIOS)

Así, tenemos dos verdades bíblicas fundamentadas: Dios tiene la CAPACIDAD para saber todo lo que ocurrirá en el futuro; pero aún así, con frecuencia DECIDE no saber todo el derrotero futuro de sus criaturas inteligentes. Es decir, Dios ejerce o utiliza su presciencia de manera selectiva y cuando lo estima oportuno.

Este uso discrecional de Su presciencia en modo alguno desacredita a Dios, ya que Él desempeña su derecho soberano para ejercer sus capacidades del modo que lo estima oportuno. Más bien, este modo de practicar Su presciencia está en necesaria armonía con su personalidad. No hacerlo así significaría que, ANTES de decidir crear al primer hombre, Dios hubiera sido plenamente consciente de todas las trágicas consecuencias que la humanidad experimentaría a lo largo de su historia; algo muy opuesto a la personalidad amorosa que Dios transmite en Su palabra.

En este sentido, es esclarecedor examinar cómo Dios utiliza sus capacidades. Tenemos por ejemplo Su poder. La Biblia declara que Dios es Todopoderoso (Génesis 35:11); es decir, dispone absolutamente de TODO el poder. Sin embargo, esto no significa que Dios ejerce Su poder de forma infinita; siempre lo hace de modo controlado y en la medida suficiente para conseguir cualquiera de sus propósitos. Así, tenemos que a partir de la cuarta plaga que envió a Egipto, Dios ejerció su poder destructor de forma selectiva, haciendo “distinción” entre los egipcios y los israelitas (Éxodo 8:23). De esta manera, en el ejercicio de su poder tuvo en cuenta el amor protector que sentía por su pueblo. Otro caso de su poder controlado lo tenemos cuando anunció la destrucción de Nínive; pero debido al arrepentimiento de sus habitantes, Dios desistió en su propósito de destrucción, mostrando así autodominio en el ejercicio de su poder, autodominio motivado por su misericordia (Jonás 3:4-10). Estos ejemplos nos enseñan que el hecho de que Dios sea Todopoderoso, no quiere decir que se vea obligado a liberar su poder de forma ilimitada y descontrolada; todo lo contrario, lo desempeña bajo su propio control y de acuerdo con su soberana voluntad, voluntad conformada por sus otras cualidades.

De modo similar, Dios ejerce Su presciencia según Su soberano criterio y en armonía con sus otras cualidades. Por eso, aún cuando Dios tiene LA CAPACIDAD de conocer absolutamente todo lo que sucederá en el futuro, Él opta por utilizarla cuando lo estima oportuno. De modo que, aunque ejecuta su presciencia en casos puntuales, en general opta por ignorar las decisiones futuras de sus criaturas inteligentes; lo cual le permite proceder de forma justa y amorosa, concediendo al hombre la necesaria libertad para amarlo y obedecerlo (Mateo 22:37; 1 Juan 5:3)

Porque además, la facultad de elegir libremente que Dios ha concedido a sus criaturas inteligentes, es esencialmente imprescindible para satisfacer el mandamiento de amar a Dios; porque sin el libre albedrío impredecible no puede haber el amor que Dios solicita. ¿Qué sentido tendría para Dios la respuesta amorosa de sus criaturas, si ya lo hubiera sabido todo de antemano?

¿El hecho de que Dios opte por no conocer todo aspecto futuro, hace que pierda el necesario control para realizar sus propósitos? En absoluto, la facultad de Dios para realizar sus propósitos no depende tanto de su presciencia; sino más bien de Su supremo poder e inigualable sabiduría (no confundir con presciencia); pero cuando Sus propósitos se interrelacionan con el libre albedrío de Sus criaturas, entonces pueden surgir contrariedades, que como mucho causen algún tipo de alteración o demora en la consecución de Su plan.

Para entenderlo mejor, pensemos en la figura del director de una gran compañía que concibe y ordena la realización de un proyecto. Tiene la seguridad de que el proyecto se realizará exitosamente; pero como la ejecución del proyecto está en manos de muchas personas, es de esperar que surjan algunas contrariedades que obliguen al director a tomar decisiones no previstas inicialmente, como cambiar a algunos responsables del proyecto. Pero finalmente, el proyecto se realiza con total éxito, y para ello no ha sido necesario que el director tenga la capacidad de conocer el futuro. Le basta principalmente con su autoridad.

De modo parecido, la desobediencia del primer hombre alteró significativamente el curso del plan de Dios, hasta el punto que para resolver la nueva situación, Dios recurrió al sacrificio de su propio Hijo para hacer posible la salvación de la humanidad obediente. Pero al final, el propósito de Dios se llevará a cabo con total éxito, sólo que para ello se habrá tenido que recorrer un camino más largo que el previsto inicialmente; y todo sin que Dios ejerza de lleno su presciencia.






miércoles, 20 de abril de 2016

Negando la predestinación absoluta de Dios

La doctrina de la predestinación absoluta, afirma que desde el principio Dios ha tenido absoluto conocimiento del futuro, especialmente en lo relacionado con sus criaturas inteligentes. Debido a las implicaciones de esta afirmación, es necesario que cada uno obtenga respuesta a la pregunta: ¿Enseña la Biblia que Dios tuvo total conocimiento de la trayectoria y el destino de todo ser humano aún antes de crear al primer hombre?

Para facilitar la investigación bíblica personal, se han dispuesto dos listas de argumentos bíblicos dirigidas a afirmar o negar la predestinación absoluta de Dios. El propósito es que cada uno pueda obtener su propia conclusión y de forma objetiva de lo que enseña la Biblia sobre este asunto. En este sentido se recomienda el artículo: Cómo probar si una enseñanza es bíblica.

Puede utilizar los comentarios al final del artículo para cualquier observación relacionada con los argumentos presentados. Para mensajes privados utilizar esta dirección: usymbv@gmail.com


LOS DIEZ ARGUMENTOS BÍBLICOS PRESENTADOS PARA NEGAR LA PREDESTINACIÓN ABSOLUTA DE DIOS

1) Antes del diluvio, leemos: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová” (Génesis 6:5-8; ver también Jonás 3:4,10 y Éxodo 32:14)
Este relato es una clara evidencia de que Dios no conocía de antemano cada uno de los actos de todos hombres; de hecho, ni siquiera conocía cuál iba a ser el derrotero general de la humanidad antes del diluvio. Dios no se pudo arrepentir de hacer al hombre, si de antemano ya sabía cuál sería su comportamiento.

2) Justo antes de que Abraham sacrificara a su hijo, “el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y dijo: ¡Abraham, Abraham! Y él respondió: Heme aquí. Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único” (Génesis 22:11-12)
Dios pone a prueba a Abraham para saber si les era obediente, por la sencilla razón de que hasta entonces no lo sabía con seguridad; y por supuesto, no estaba predeterminado. En esa misma línea Nehemías escribe: “Tú, Señor y Dios, fuiste quien escogió a Abram. Tú lo sacaste de Ur de los caldeos y le pusiste por nombre Abraham. Descubriste en él un corazón fiel…” (Nehemías 9:7-8). Sólo se descubre lo que antes estaba escondido. Si Dios descubrió en Abraham un corazón fiel es porque antes no lo sabía con seguridad.

3) Después de hacerse evidente la desobediencia del rey Saúl, Dios dijo a su prometa Samuel: “Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel”; “Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel” (1 Samuel 15:11,35)
Saúl fue el primer rey de Israel elegido directamente por Dios; y aunque al principio demostró una actitud obediente, después se hizo presuntuoso (1 Samuel 15:23); lo cual hizo que Dios sintiera pesar y se arrepintiera de hacerlo rey (1 Samuel 15:1; 9:20-21; 16:1). Está claro que al tiempo de elegirlo rey, Dios ignoraba cuál sería el comportamiento final de Saúl.

4) A través de Moisés, Dios dijo a los israelitas: “os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”  (Deuteronomio 30:19)
Como es lógico y natural, Dios reconoce la capacidad de elección de la gente. Hemos de notar que Dios no les obligó a elegir su bendición, sino que respetó su libre albedrío, a la vez que les alentaba a escoger lo mejor para ellos mismos; algo que sería absurdo y carente de razón si la elección de ellos ya fuera conocida de antemano por Dios.

5) “El Señor ha mirado desde los cielos sobre los hijos de los hombres para ver si hay alguien que entienda, alguien que busque a Dios” “Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo…” (Salmos 14:2; 2 Crónicas 16:9; ver también Génesis 18:20-21)
Aquí se revela una actividad de observación por parte de Dios para localizar a aquellas personas que le buscan; o para fortalecer a quienes les entregan su corazón. Si Dios realiza dicha observación o recorrido es porque antes desconocía dicha información.

6) Jesús se “pasó la noche orando a Dios” y “escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles”, entre los cuales estaba “Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor” (Lucas 6:12-16). En el apóstol Judas se cumplió esta profecía: “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar” (Salmos 41:9); lo cual significa que al tiempo de seleccionar los apóstoles, Jesús confiaba en los doce, incluido Judas. Fue más tarde cuando Judas se convirtió en traidor. Por lo tanto, al tiempo de elegir a los apóstoles, el Hijo de Dios desconocía el destino final de este hombre.

7) “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado” (Isaías 55:6; Salmos 14:2) En este mismo sentido, Jesús dijo a sus discípulos: "Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán" (Lucas 13:24; Mateo 7:13; ver también Mateo 7:7)
Por toda la Biblia hay numerosas exhortaciones a buscar a Dios y esforzarse por el proceder correcto; exhortaciones que contienen un reconocimiento implícito de la libertad de decisión de cada persona. No tiene ningún sentido que la palabra de Dios resalte tanto los esfuerzos humanos si el destino de todos ya estuviera predeterminado.

8) “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:3-4)
Si Dios optó por crear a la humanidad sabiendo de antemano que muchos no serían salvos, sería absolutamente irrazonable que Él expresara su deseo de que TODOS LOS HOMBRES sean salvos. O Él miente, algo que es imposible (Tito 1:2); o simplemente es falsa la idea de que predestinara desde el principio a TODOS los hombres.

9) “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9) En la misma línea están las palabras que Pablo dirige a quien practica la iniquidad: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4)
Decir que Dios predeterminó el destino de todo ser humano es anular el sentido de la llamada al arrepentimiento ¿Cómo se puede decir que Dios llama al arrepentimiento, si de antemano Dios ya sabía quiénes se arrepentirán y quiénes no? Es más, la predestinación absoluta encierra la insinuación de que Dios puede actuar con cinismo: ¿Sabía desde el principio quienes no se van a arrepentir, y a éstos les dice que se arrepientan?

10) “¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío —declara el Señor Dios— y no en que se aparte de sus caminos y viva?” “Diles: ‘Vivo yo’ —declara el Señor Dios— ‘que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?’” (Ezequiel 18:23; 33:11)
De nuevo estamos ante una declaración inexplicable en el caso de que la predestinación absoluta fuera cierta. Si antes de crear a la humanidad, Dios sabía muy bien todas las muertes que Su decisión comportaría ¿Cómo es posible que siguiera adelante para después afirmar que no se complace “en la muerte del impío”? Una vez más, un contrasentido inexplicable por la doctrina de la predestinación absoluta.





  

Afirmando la predestinación absoluta de Dios

La doctrina de la predestinación absoluta, afirma que desde el principio Dios ha tenido absoluto conocimiento del futuro, especialmente en lo relacionado con sus criaturas inteligentes. Debido a las implicaciones de esta afirmación, es necesario que cada uno obtenga respuesta a la pregunta: ¿Enseña la Biblia que Dios tuvo total conocimiento de la trayectoria y el destino de todo ser humano aún antes de crear al primer hombre?

Para facilitar la investigación bíblica personal, se han dispuesto dos listas de argumentos bíblicos dirigidas a afirmar o negar la predestinación absoluta de Dios. El propósito es que cada uno pueda obtener su propia conclusión y de forma objetiva de lo que enseña la Biblia sobre este asunto. En este sentido se recomienda el artículo: Cómo probar si una enseñanza es bíblica.

Puede utilizar los comentarios al final del artículo para cualquier observación relacionada con los argumentos presentados. Para mensajes privados utilizar esta dirección: usymbv@gmail.com


LOS DIEZ ARGUMENTOS BÍBLICOS PRESENTADOS PARA AFIRMAR LA PREDESTINACIÓN ABSOLUTA DE DIOS

(1) Apocalipsis 4:11 “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”
Todas las cosas existen por la voluntad de Dios; pero su voluntad no es ciega o azarosa, sino que tiene PROPÓSITO. Las Escrituras enseñan que el propósito (o determinación) de Dios es eterno (Efesios 3:11; 2ª Timoteo 1:9); y un propósito eterno para todas las cosas, implica una planificación previa de todo lo que será hecho por las edades: a esta planificación previa de Dios relativa a todas las cosas antes de que existan, se le llama “predestinación” (Efesios 1:11). Si no hubiera otros, bastaría este solo versículo de Apocalipsis para establecer la predestinación.

(2) 1º Crónicas 29:11-12 “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y la altura sobre todos los que están por cabeza. Las riquezas y la gloria están delante de ti, y tú señoreas a todos: y en tu mano está la potencia y la fortaleza, y en tu mano la grandeza y fuerza de todas las cosas
Este pasaje es muy expresivo; si todas las cosas (vivientes o no) son suyas, y señorea sobre todos dando a cada uno la medida de capacidad y fuerza que ÉL QUIERE, entonces es evidente que el destino o finalidad de todas las cosas está en sus manos.

(3) Daniel 4:35 “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?
Si ÉL hace según su voluntad en todas las criaturas y no hay nadie que pueda detenerlo, entonces su voluntad es irresistible y suprema; y al ser irresistible y suprema, quiere decir que, aparte de ÉL, nadie dirige su propio destino, y en consecuencia, todos están predestinados por la voluntad suprema.

(4) Jeremías 10:23 “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es ordenar sus pasos
Aquí la Escritura enseña que el hombre NO dirige su camino NI ordena sus pasos, y entonces, ¿Quién lo hace?; la respuesta es: El Señor Dios. Ahora bien, si los pasos (actos) y el camino (vida) del hombre son dirigidos por Dios, entonces no hay “libre albedrío humano”, y esos pasos y camino están predestinados por el Creador.

(5) Romanos 9:16, 18 “Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”; “De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece
Aquí se enseña que la salvación NO es del que quiere (voluntad humana) ni del que corre (esfuerza, obra), sino de Dios que muestra su misericordia para algunos, y para otros no, endureciéndolos. Entonces, si no depende de la voluntad ni del esfuerzo del hombre, inevitablemente lo que hay es la predestinación.

(6) Romanos 11:7 “¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos
Este texto enseña como opera la predestinación, separando a los hombres entre escogidos y no escogidos; los escogidos reciben misericordia, y los no escogidos, es decir, “los demás”, son endurecidos.

(7) Juan 15:16 “no me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé
Jesús nos dice que la elección NO es nuestra, sino de ÉL; y si la elección no es nuestra, el albedrío nuestro no tiene nada que ver. Y si no tiene nada que ver nuestro albedrío, lo único que hay es la predestinación.

(8) Juan 10:26-29 “pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre
Este hermoso pasaje tiene maravillosas enseñanzas acerca de la predestinación. Primeramente, establece que la diferencia entre creyentes y no creyentes no depende de la voluntad o albedrío de cada cual, sino de la pertenencia o no pertenencia a Cristo; los no creyentes NO creen porque NO son de Cristo, pero los que SON de Cristo, oyen su voz y le obedecen. También enseña que Cristo conoce a los suyos completamente, incluyendo sus nombres (Juan 10:3); esto echa por tierra la teoría de la elección grupal o colectiva, demostrando que es elección individual por nombre. Por otra parte, al decir “yo les doy vida eterna” y “NO perecerán JAMÁS”, se refuta la teoría de que la salvación puede perderse; esto se refuerza con la frase “ni nadie las arrebatará de mi mano”. Y si a alguien todavía le quedara alguna duda, Jesús asegura que “nadie las PUEDE arrebatar de la mano de mi Padre”, el que “es mayor que todos”. Así que, al ser por elección divina, NO hay manera de “ganar” la salvación, como tampoco hay manera de “perderla”: Dios se la da al que ÉL quiere.

(9) 1ª Pedro 2:8 “y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados
Judas 1:4 “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo
Estos versos son impresionantes, pues confirman con potencia lo que hemos dicho anteriormente respecto de que la predestinación lo abarca todo, ya sea la salvación o la condenación de los individuos; se demuestra FALSA entonces la teoría popular que dice que Dios "sólo predestina para la salvación".

(10) Romanos 9:20-23 “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria
Nuevamente tenemos aquí la predestinación explicada en sus diferentes alcances: dice que Dios, “de la misma masa”, es decir, de la humanidad, hace “vasos para honra” y “vasos para deshonra”, a semejanza de un alfarero y su dominio sobre el barro. Luego explica que ser “vaso para deshonra” implica ser preparado para destrucción; y que ser “vaso para honra” es ser primero un “vaso de misericordia”, por la cual misericordia es preparado para “gloria”.