lunes, 18 de julio de 2016

Conocer a Dios es vida eterna

Ocurrió el día del 14 del mes judío de Nisán, en el año 33 d.C. Poco antes de morir, Jesús pronunció lo que para muchos es la oración más grande  jamás hecha a Dios; y en esa oración se encuentra una de las declaraciones más importantes para todos nosotros:
la vida eterna consiste en conocerte a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste” (Juan 17:3 FTA)
¡La vida eterna consiste en conocer a Dios! Nunca conocer a alguien ha sido tan importante. Se trata de conocer al “Todopoderoso” (Génesis 17.1); el “Creador de los cielos y de la tierra” (Génesis 14:19); el “Juez de toda la tierra” (Génesis 18:25); y Quien decide quién estará en el “libro de la vida”
(Apocalipsis 20:15) Sí, estamos hablando de conocer al único Dios verdadero, el único que puede darnos la vida eterna.

¿Es posible conocer a Dios?

Tal vez creamos que en nuestra condición de simples humanos, la idea de conocer a Dios “nos viene un poco grande”. Dado que está muy por encima de nosotros quizá pensemos que Dios es demasiado inaccesible y distante para siquiera pretender conocerlo. ¿Pero es esto así? Primero hemos de notar que Jesús declara que la vida eterna es para quienes conocen a Dios; por lo tanto, está reconociendo la posibilidad real de poder conocerle. Pero además, la misma palabra de Dios nos anima a buscarle y acercarse a Él:

A partir de una sola persona, hizo a toda la gente del mundo, y a cada nación le dijo cuándo y dónde debía vivir. Dios hizo esto para que todos lo busquen y puedan encontrarlo. Aunque lo cierto es que no está lejos de nosotros”. (Hechos 17:26-27 BLS)
Aún más que eso, nos dice que si nos acercamos a Él, se dejará encontrar e incluso se acercará a nosotros:
Y tú, hijo mío, Salomón, reconoce al Dios de tu padre y sírvelo de forma exclusiva y generosa, pues él sondea todos los corazones y penetra en todas las intenciones. Si lo buscas, se dejará encontrar; pero si lo abandonas, él te abandonará para siempre.” (1 Crónicas 28:9 BLPH) 
Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”  (Santiago 4:8 LBA)
Así, no sólo vemos que es posible acercarse a Dios y conocerlo, sino que además, ese es Su deseo. Pero hemos de saber que la posibilidad de conocer a Dios es gracias a Su humildad (2 Samuel 22:36) A pesar de su suprema posición, a Dios le complace acercarse a nosotros, de manera que le podamos conocer ¿No maravilloso que el Todopoderoso sea tan humildemente accesible para con sus criaturas?