martes, 31 de enero de 2017

La creación revela al Supremo Artista

Miremos este cuadro:

El cuadro es una obra de un prestigioso pintor; su dimensión es de 240 cm. x 120 cm. y su precio actual de subasta es de 140 millones de dólares.

Veamos esta puesta de sol:


Esta imagen recoge un instante natural, donde la luz del sol se une a los elementos del campo produciendo una imagen dinámica de esplendorosa belleza. La imagen original abarca decenas de kilómetros cuadrados y al contemplarla in situ la impresión que nos produce es la de vivir en el interior de una majestuosa obra de arte. ¿Su precio? Gratis. Su Autor nos ofrece una distinta cada día.

Contemplemos esta aurora boreal:



Imaginemos que nos hallamos presentes en el momento de producirse esta aurora boreal. Estaríamos ante un maravilloso espectáculo donde luces de colores danzarían por todo el cielo; y nosotros como espectadores, quedaríamos absorbidos por una mezcla de exaltación y fascinación, a la vez que intimidados ante tal imponente despliegue de belleza mágica. ¿Su precio? Gratis.

Lo anterior sólo son dos ejemplos; llevaría más de una vida considerar cómo Dios ha implantado su variado y exquisito gusto en un sinfín de originales diseños, formas y colores. Esto lo apreciamos en una increíble variedad de animales, insectos, flores e impresionantes y bellos paisajes.



Nada se puede comparar a las maravillosas expresiones artísticas que Dios exhibe en la naturaleza. Algo que quizá nos impida apreciarlo en su justa medida es la abundancia y frecuencia que son presentadas a nuestros ojos ¿Qué pasaría si las puestas de sol sucediesen sólo una vez al año? Probablemente sería un acontecimiento mediático de primer orden. Comparar la creación artística humana con la de Dios nos ilustra bien la diferencia entre precio y valor, y debe enseñarnos a saber valorar lo que es realmente valioso.

Así es, las obras de arte más maravillosas están producidas por Dios y son abundantes y gratuitas. Además, sabemos que el artista transmite en sus obras parte de su personalidad. De modo que, detrás de estas manifestaciones artísticas percibimos muchas de las cualidades de Dios, como: majestuosidad y gloria, perfección, imaginación, armonía, delicadeza, optimismo, etc., etc., etc.

¿Verdad que cuando lo meditamos sentimos admiración reverente hacia el Supremo Artista?






jueves, 19 de enero de 2017

Por qué la tribu de Leví fue especial

En Números 1:2 leemos lo siguiente:

"Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas"


Y así es, en los capítulos 1 al 3 de Números leemos como se toma la cuenta de los varones de Israel para diferentes propósitos. Ahora bien, al leer estos capítulos, habremos notado que al hacer el censo de Israel, se excluye a los varones de la tribu de Leví, ya que a éstos se les cuenta aparte. ¿Por qué se les excluye? Es más, ¿a qué se debe que la tribu de Leví tuvieran esa condición especial? La explicación la tenemos empezando en Éxodo 13:1,2. Cuando Jehová estaba sacando a Israel de Egipto les dijo:

"Jehová habló a Moisés, diciendo: Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es"



En efecto, cuando Dios envió la última plaga todos los primogénitos de Egipto fueron muertos. Recordemos que esta última plaga fue decisiva para que los israelitas fueran liberados, fue la muerte de todos los primogénitos de Egipto lo que trajo liberación a Israel. Debido a que Dios dispuso el medio para salvar a los primogénitos israelitas, consideró en justicia que estos primogénitos debían ser suyos. Pero hizo un trueque como leemos en Números 3:11-13

"Habló además Jehová a Moisés, diciendo: He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas.
Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice morir a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí a todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo Jehová" 

De manera que esa es la razón por la que los levitas fueran una tribu especial. Dios los tomó a cambio de los primogénitos de Israel, y los puso a su servicio en el tabernáculo y más adelante en el templo. Esta condición de propiedad especial para Dios hacía que estuvieran exentos del servicio militar y no ocuparan ningún territorio en la Tierra Prometida; por lo tanto, eran mantenidos por la décima parte que las otras tribus producían (Números 1:45-49; 18:25-29)