Con el fin de probar el infierno tradicional, a menudo se citan una serie de versículos referidos a la palabra Gehena; que en otras biblias tradicionalmente ha sido traducida por Infierno. Así, cuando en estos versículos leemos infierno, en realidad se trata del término gehena o gehenna. A continuación se citan estos versículos según la Biblia de Jerusalén, que lo translitera como gehenna; y la Reina Valera, que lo traduce como infierno:
“Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego” (Mateo 5:22 BJ3) (“quedará expuesto al infierno de fuego” RVR60)
“Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehena. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.” (Mateo 5:29-30 BJ3) (“y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” RVR60)
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehena.” (Mateo 10:28 BJ3; Lucas 12:5) (“temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” RVR60)
“Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida con un solo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna del fuego.” (Mateo 18:8-9 BJ3; Marcos 9:43, 45, 47) (“que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego” RVR60)
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un solo prosélito, y, luego de hecho, lo hacéis hijo de la gehenna dos veces más que vosotros!” (Mateo 23:15 BNC) (“le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros” RVR60)
“¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar de la condenación de la gehenna?” (Mateo 23:33 BJ3) (“¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?” RVR60)
“La lengua es también fuego, es un mundo de iniquidad; la lengua, que es uno de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por la gehenna, prende fuego a la rueda de la vida desde sus comienzos.” (Santiago 3:6 BJ3) (“inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” RVR60)
Lo primero que hemos de saber es que, Gehena era el nombre utilizado en tiempos de Jesús para referirse al Valle de Hinom (Nehemías 11:30, 2 Reyes 23:10), un valle ubicado al Sur de Jerusalén, y que desde el año 638 a.C. se convirtió en un enorme basurero, donde se quemaba todo tipo de basura, incluidos los cadáveres de animales y criminales ejecutados. A fin de consumir todos los desechos y evitar el hedor, el fuego era mantenido constantemente, incluso con azufre. Nada escapaba de la destrucción del Gehena; incluso los cadáveres que no eran alcanzados por el fuego finalmente eran devorados por los gusanos hasta dejar sólo los huesos.
Con la excepción de la mención en Santiago, en el Nuevo Testamento se habla del Gehena solo a los judíos. Los apóstoles Pedro, Juan y Pablo jamás mencionaron el Gehena en sus escritos.
Cuando Jesús habló del Gehena, quienes les escucharon sabían muy bien a qué se refería, precisamente por estar familiarizados con ese lugar; de modo que cuando escuchaban a Jesús nombrar Gehena, en sus mentes reproducían la imagen de ese vertedero gigante donde todo terminaba destruido por la acción del fuego y los gusanos.
Aquel lugar denominado Gehena que estuvo en activo en tiempos de Jesús, ha dejado de ser un vertedero llameante. Hoy en día podemos ver la ubicación física de ese lugar (dentro del círculo) y comprobar que el fuego que entonces ardía está ahora apagado.
De todo lo anterior podemos extraer estas conclusiones:
1) En esta serie de versículos, la palabra que pronunció Jesús no fue Infierno, sino Gehena, la cual tiene connotaciones distintas.
2) Al hablar de Gehena, Jesús NUNCA se refirió a ninguna región subterránea donde los inicuos son atormentados. Jesús hablaba del basurero de Jerusalén, el lugar donde se quemaban todos los desperdicios.
3) El lugar literal llamado Gehena dejó de existir hace mucho tiempo. Sus llamas se apagaron. Por eso, Jesús no pudo señalar al Gehena como destino literal de los malvados. Por lo tanto, Jesús utilizó ese lugar como una representación.
4) Todo lo que era arrojado al Gehena era materia sin vida. Nunca se echaba a ninguna persona con vida para que fuera quemada. Todos los cuerpos estaban muertos. Por eso, ese lugar nunca podía representar un estado donde la gente vive en medio del fuego.
5) También es muy significativo lo siguiente: Sólo los judíos conocían y podían entender lo que era el Gehena; y por eso, SÓLO a ellos se les habla del Gehena. A los gentiles jamás se les advierte de ser echados al Gehena; y esto hace del todo incompresible que se trate del destino universal de los inicuos.
Mateo 10:28 muestra la función del Gehena
El significado de Gehena solo lo encontramos en las palabras de Mateo 10:28. Ahí Jesús nos dice que hay que temer "a aquel que puede DESTRUIR el alma y el cuerpo en el infierno [o Gehena]" Así que, Jesús habló del Gehena en sentido metafórico para representar LA DESTRUCCIÓN COMPLETA, ya que ese era el efecto visible de todo lo que era arrojado en aquel gran basurero; y así lo entendieron todos los que lo escucharon.
Mateo 10:28 es la clave. Es el único versículo que describe la función de Gehena: destrucción de alma y cuerpo. Todos los demás versículos se limitan a advertir de ser arrojado allí.
Al examinar el resto de versículos salta a la vista su contenido simbólico. Por ejemplo, se habla de un ojo, una mano y un pie que hace tropezar (¿Un ojo hace tropezar y el otro no?) Se aconseja cortar una sola mano, un solo pie, o sacar un solo ojo para no ir al Gehena; se describe a un gusano que no muere (Mateo 5:29-30; 18:8-9; Marcos 9:43, 45, 47) Se dice que al Gehena irá quien llame renegado a alguien (Mateo 5:22), y de hacer a alguien hijo del Gehena (Mateo 23:15) Es evidente que estos pasajes contienen figuras retóricas que no pueden ser tomadas literalmente; pasajes que por sí solos carecen de un claro significado; y por tanto, necesitan una explicación satisfactoria. Lamentablemente, esta condición simbólica ha sido utilizada para construir la doctrina del infierno tradicional. Quienes así lo defienden suponen que ser arrojado “en el infierno de fuego” significa que los que estén allí sufrirán eternamente los tormentos del fuego. Pero ¿Dónde se dice que los que son arrojados allí están vivos en dolor perpetuo? En ningún lugar, solo está en la imaginación de quien lo lee con ideas preconcebidas.
En cambio, en Mateo 10:28 Jesús no introduce elementos simbólicos. Todo el versículo tiene una lectura literal, libre de suposiciones y conjeturas. Sabemos identificar lo que es el cuerpo y lo que es el alma; no hay duda de lo que significa matar el cuerpo; y entendemos perfectamente que DESTRUIR es la acción de eliminar para siempre. Notemos que Jesús diferencia entre la acción de matar por parte del hombre y destruir por parte de Dios. Y esto último es lo que simboliza el Gehena. En el Gehena no se mata a los inicuos, ni se les hace sufrir eternamente; sino que, después de ser juzgados son destruidos absoluta e irrevocablemente (Salmos 37:9).